lunes, 14 de enero de 2008

Argentina!! (Bariloche)

Y volando, volando, y nunca mejor dicho que ya son once vuelos, llegamos a San Carlos de Bariloche, o como se empeñan en llamar los que se dedican al turismo allí, la Suiza de los Andes (ya les vale). Bariloche está a unos mil kilómetros al norte de El Calafate. Es decir, más Andes a más de altitud y con más humedad.
Se trata de otro paraíso para los montañistas y para los amantes de la naturaleza y el esquí, aunque tampoco está mal para el que le gusten los paisajes idílicos estilo Heidi, con montañas blancas, bosques verdes y lagos azules.
Al contrario que las ciudades turísticas estilo El Calafate, Puerto Madryn y demás, Bariloche sí que tiene cosas que ver en lo que es la ciudad, porque los inmigrantes suizos que llegaron hace tiempo, construyeron los edificios a su manera, con casas de tejados picudos, piedra gris y madera. Vamos, muy alpinos para entendernos. Una muestra, el centro cívico (donde está la Silvi, aquí a la dcha...)
Como en todos lados, muchos de estos edificios bonitos, han sido engullidos por otros no tan agradables como las típicas cajas de cerillas que tanto acostumbramos a encontrar en casi todos los sitios. Qué se le va a hacer.
Y hablando de Suizos, el chocolate que un puede encontrar por aquí por cuatro duros...el paraíso de los lamerones.
En torno a la ciudad se extienden un montón de lagos rodeados de montañas que constituyen el Parque Nacional Nahuel Huapi. Realmente espectacular. Hay una vista desde el Cerro Otto que sin duda es de lo más impresionante que he visto en mi vida.
Para quien pase por la zona, recomiendo de manera especial que se quede alguna noche en el hotel Llao llao. En torno a seiscientos euretes la noche para quien se vea con ganas. Y quien no, que haga como yo y no se pase porque no quiere. No te jode.
La verdad es que es todo tan tan tan bonito y tan perfecto, que puede llegar un momento que uno se puede llegar a acostumbrar de algo tan idílico...la isla Victoria, el bosque de los arrayanes, villa La Angostura...uno se satura de tanta belleza la verdad. Ahora, un mes después, uno lo hecha de menos. Qué le vamos a hacer.
Un consejo antes de irme: a la hora de comprar, yo me esperaría hasta llegar aquí, a Bariloche, porque la variedad es la misma que en resto de la Patagonia y los precios son mejores...así que, excepto el hotel de antes, todo lo demás, mejor aquí.
Muy guapo Bariloche...sí.

domingo, 13 de enero de 2008

Argentina!! (El Calafate)

Después de dos días, el décimo de los vuelos desde que salimos de Madrid (que ya son) nos llevó a El Calafate . A los Andes otra vez.
Aparte de las montañas increíbles y los lagos azules, Calafate es famoso por los glaciares (Parque Nacional Los Glaciares), y en especial, por el único glaciar del mundo que no decrece: el Perito Moreno.
Argentina es espectacular y vale la pena tirarse meses allí, pero para mí, hay dos destinos que merecen la pena el viaje: Iguazú y el Perito Moreno...
...porque imaginad... imaginad un edificio de ochenta metros de alto, cientos de metros de ancho y kilómetros de largo, todo él de hielo azul y blanco, y que para acceder a él no tuvierais que escalar una montaña de miles de metros o que atravesar una explanada helada a menos treinta bajo cero…pues eso es el Perito Moreno, uno de los lugares más espectaculares del mundo.
Además, recomiendo a todo el mundo que aproveche y haga el trekking sobre el glaciar…los crampones, las montañas, el hielo, las simas azules, el sonido de miles de toneladas estremeciéndose...Una experiencia para no olvidar.
Al día siguiente, El Chaltén. Contratamos un Remise (un taxi privado) y nos hicimos los
doscientos kilómetros sobre ripio que lo separan de El Calafate. Conducía el Remise Martín, y nos llevó por zonas bastante guapas, como el glaciar Huemul y la laguna azul que provoca al derretirse, o el mirador de los cóndores. Es bastante espectacular, lo que pasa es que después de ver el Perito Moreno, pues como que uno se queda así…pero bueno, no está mal.
Una cosa importante. Si alguien os dice que bebáis la famosa leche de glaciar, que no es más que agua del glaciar, no hagáis ni caso. Os lo dicen mis tripas...
Y por último, el homenaje de turno. Esta vez el elegido fue la parrilla Casimiro, en la calle principal de El Calafate. Probamos el mejor cordero patagónico desde que llegamos a la Patagonia...ya me estaba mosqueando yo con el cordero.

jueves, 10 de enero de 2008

Argentina!! (Ushuaia)

Al sur…hacia el fin del mundo.
Ya desde el avión veíamos lo que nos esperaba: montañas blancas, lagos, estrechos…el paisaje desde las alturas, increíble.
Ushuaia es la ciudad más meridional del mundo. Rodeada al norte por las últimas estribaciones de los andes y al sur, por el atlántico. Mil kilómetros más allá (para el sur) La Antártida. Y lo más cachondo, que allí íbamos a coincidir con Elena y sus amigos Lourdes y Carlos. La caña, a doce mil kilómetros de casa y con gente del barrio…
Llegamos por la noche y quedamos a comer con esta gente. Para variar, homenaje. Allí es típico el marisco y la merluza negra. Espectacular. Y el vinito, pues de la bodega El fin del Mundo. Cual si no.
Como la excursión que llevábamos contratada no nos hacía demasiado (era la típica), nos apuntamos al plan que tenían ellos y es lo mejor que podíamos haber hecho, porque recorrimos con ellos a pié y en canoa el parque nacional Tierra de Fuego. Nosotros cinco y un par de holandeses muy majetes que estaban nada menos que dando la vuelta al mundo!!! Y encima, parrillada de choripán para almorzar y coger energías.
El día fue cansado, pero de lo mejor de tooooodo el viaje. Y por la noche…pues claro, otro homenaje para recuperarse.

Al día siguiente, Las Tres Marías. Se trata de una excursión en un barquito muy cuco (que se llama así, Las Tres Marías), que contratamos desde España y que nos llevó, junto con dos franceses y dos holandeses, por el Canal Beagle hasta la Isla H, navegando entre leones marinos y constantemente sobrevolados por cormoranes e infinidad de otros tipos de aves…qué decir. Y para terminar, una botellita de vinito blanco fresquito (que hacía buen tiempo), acompañado por unos alfajores. Mu ricos.
La verdad es que para ser el culo del mundo, Ushuaia fue algo increíble. Todo salió perfecto. El tiempo, la compañía, las excursiones, el entorno…otro destino im-perdible...

sábado, 5 de enero de 2008

Argentina!! (Península Valdés)

Cruzando el país en diagonal, llegamos al fin a la mítica Patagonia. A Puerto Madryn, en la costa atlántica.
Una cosa antes de continuar. No sé por qué, tenía la idea de que la Patagonia iba a ser un lugar salvaje, frío, con enormes llanuras, cubierta de vegetación y de miles de animales diferentes....a mí me sorprendió ver que la Patagonia en realidad es un desierto. No como el Sáhara, con dunas y demás, sino algo diferente: miles de kms prácticamente llanos, con millones de arbustos enanos por todos lados y que el viento está arreando un día sí y otro también. Son miles de kilómetros cuadrados en los que no hay nada...excepto cerca de la costa y cerca de los Andes, claro.
Bueno, pues sigo con Puerto Madryn. La ciudad en sí no tiene el más mínimo interés. Se trata de una ciudad de vacaciones en donde se puede ir a descansar...y a ver toooooodo tipo de animales marinos en los alrededores.
Puerto Madryn está al lado de la Península Valdés, posíblemente uno de los lugares con mayor concentración de fauna marina del mundo. Aquí hay Pingüinos de Magallanes, Ballenas Francas, Elefantes y Lobos marinos, Orcas...Si uno tiene suerte, uno puede llevarse uno de los recuerdos más espectaculares de su vida avistando algunos de estos animales.
Lo que pasa es que eso es difícil. Cuando a uno le llevan a ver ballenas, pues uno se espera lo mismo que aparece en las fotos de las postales o en los documentales de La 2: que si saludan con la cola, que si levantan una aleta, que si dan un salto mortal...Pues bien, no sé si nosotros tuvimos mala suerte o qué, pero la ballena no se movía ni pa'trás. Sí, si, que el bicho impresiona. Son nada menos que quince metros de animal moviéndose leeeeentamente a unos metros de tí, pero la verdad es que defrauda un poco lo de las ballenas.
Los elefantes marinos, peor. Ahí no se movía nadie si no era para colocarse y descansar unas cuantas horas. Normal por otra parte. Sobre todo los machos porque ¿sabéis cuántos kilos pierde un macho de elefantes marino en la época de apareamiento? Pues nada menos que UNA TONELADA. Ojo al dato. Así estaban, muertos mataos.
Y otra curiosidad ¿se acuerda alguien de las imágenes de la orca atacando a las crías de elefante marino cerca de la costa? Pues es aquí también. Será macabro, pero encontrarse con algo así tiene que ser imborrable.
Otra cosa son los pingüinos. En Punta Tombo, al sur de Península Valdés, hay una concentración espectacular de estos animales. Estás cerquísima de ellos. De echo hay veces que te tienes que apartar de enmedio porque como pájaros bobos que son, si no te quitas ellos se paran y no saben cómo continuar. La visita a Punta Tombo es lo mejor que vimos en Península Valdés.
Ya fuera de lo que es la fauna marina, en tierra se pueden encontrar bastantes Guanacos sin buscar demasiados. De echo tuvimos mucha más suerte con los bichos terrestres que con los marinos, pues también nos cruzamos con Ñandúes, Maras y más animales extraños (para nosotros) que por allí viven.
Tras los pingüinos, lo segundo mejor que nos encontramos en Puerto Madryn es un restaurante alucinante en todos los sentidos: Mar y Meseta, la comilona aquí fue de las de recordar y el trato, inmejorable.
Me olvidaba de las casas de té. Por la zona de Trelew, que es la ciudad más importante de esa zona de Patagonia y la que tiene el aeropuerto, hace años se asentaron emigrantes galeses, con lo que se mantiene la costumbre tan británica del té. Las casas de té de Gaiman son muy turísticas, pero a mí me gustaron bastante. Sobre todo porque te hinchas de un montón de tipos de tarta diferentes y de té bastante rico (nada del de bolsita).
Otra cosa que se empieza a notar en Península Valdés y que hasta que no volvamos a Buenos Aires no va a cambiar, son los precios. Nada que ver con los vistos hasta ahora. Se puede decir que a partir de ahora, toooodo se multiplica por dos en este sentido. Aún así son bastante aceptables eh??

jueves, 3 de enero de 2008

Argentina!! (Salta)

Y tras Mendoza, más al norte. A otra ciudad poco conocida por las agencias de viajes: Salta "La Bella", fíjate.
Salta se encuentra ya casi en la frontera con Bolivia, con lo que cambian muchas cosas, entre ellas, la gente. Aquí está la mayoría del 3% de indios que queda en Argentina. No es difícil que alguno te ofrezca hojas de coca, por si te da el mal de altura famoso (estamos a 3000 mts)...o por si te da cualquier otra cosa, porque parece ser que son milagrosas (que no es pa'tanto ni de coña)
Salta es una ciudad con muchos vestigios coloniales y casas bajas. Muy linda, como se dice por allí. Aunque para lindos, los alrededores. Si bien no es la zona más alta, forma parte del altiplano andino, con lo que todo es... grande: quebradas, montañas de colores, cóndores, vino, llamas, alpacas...para entendernos, y salvando las distancias, se trata de una zona parecida al Cañón del Colorado.
La Quebrada de Humahuaca es patrimonio de la humanidad, aparte de por lo lindo, porque conserva mogollón de restos incas y coloniales. El Cerro de los Siete Colores y La Paleta del Pintor, son la caña.
Cafayate es otro sitio por el que nos dejamos caer, aparte de que por el camino se recorren parte de los Valles Calchaquíes, Cafayate es el segundo centro de producción de vino argentino.
Aquí se hace vino con la uva Torrontés, de origen riojano, pero que aquí se extinguió por la filoxera. Ahora sólo se produce allí y en Chile. Mu rico.
Como he dicho, aquí es fácil encontrar llamas, alpacas o vicuñas. Por cierto, que no sabía yo que la lana de esta última estuviera a ese precio...
Qué más...
Como he dicho, por allí no suele haber mucho turismo español, sino que lo que más se ve son argentinos. En la excursión por los valles calchaquíes, nos juntamos con unos cuantos pibes muy majetes. No invitaron a "botellón" de mate y tó. Alguna hoja de coca también cayó, pero como digo, en los dos o tres días que me duraron las hojas, no es que se notaran demasiadas de sus supuestas propiedades (se supone que es digestivo, quita el sueño, el hambre, el cansancio...)
En general, Salta es un destino muy recomendable para el que quiera ver algo distinto de Argentina. Creo que fue un acierto por parte de la agencia que nos organizó el viaje, que nos recomendara pasar unos días por allí.