viernes, 13 de febrero de 2009

A poquitos

Al Gore no me da confianza. Seguro que sí, que lo del cambio climático tiene su parte de razón, y que mejor preocuparse de esto que de buscar en el mapa un nuevo país que bombardear, pero el echo de que cada vez que se le pide que nos cuente algo del tema, haya que ir con un cheque con siete cifras por delante, como que me da que pensar.
Lo mismo culpar al cambio climático de esas extrañas olas de frío en diciembre. Joder, que es invierno. Lo raro sería una tormenta de nieve en agosto o que en Oviedo el termómetro no baje de los treinta grados en enero. Es posible, sí, porque la meteorología no es una ciencia exacta, pero muy poco probable.
Como todo en esta vida, lo suyo es que las cosas vayan haciéndose poco a poco. Si uno hace ejercicio, se cuida con las comidas, no fuma demasiado y no se mama todos los días, casi con toda seguridad no tendrá que estar en urgencias cada dos por tres. No es cien por cien seguro, pero casi.
Pues con el planeta, es lo mismo. Si se van tomando medidas poco a poco para no dejar a la Tierra sin recursos, ni ahogarla con contaminaciones o efectos invernadero, pues dentro de doscientos años no habrá que someterla a un tratamiento de choque anticontaminación.
Ejemplos:
  • La obligatoriedad de que todos los edificios nuevos tengan que estar provistos de placas solares (BOE número 74 de 28/3/2006), aunque algo tardía, es una buena medida aquí, en un país en el que si algo sobra, es sol durante todo el año.
  • Leds en los semáforos: Existen 300.000 semáforos en España. Si todos los semáforos funcionaran con diodos el ahorro energético sería de 50 GWh.
  • Reciclar: Con que cada uno recicle la mitad que un alemán o un belga, tampoco sería una mala medida.
Lo que quiero decir es que es sano que cada uno hagamos lo posible para cuidar el planeta. Cada uno poco a poco, sin que tenga venir un pájaro de los EEUU cada dos por tres, consumiendo más combustible que todos los chinos de la China en un año, para decirnos que compremos el nuevo libro que ha escrito o que vayamos al cine a ver su nuevo documental.
A poquitos, vaya.

martes, 10 de febrero de 2009

Los de siempre...

He decidido al fin que no. Que tengo que cambiar el chip del tío cascarrabias y modificarlo por el del buen rollo y el buen talante, que para eso da ejemplo nuestro querido presidente. Así, a partir de ahora, a todos los gilipollas que me putean y que me hacen perder, por ejemplo, horas de atasco porque ponen una bomba en un objetivo militar tan importante como es una empresa de construcción, sembrando miedo, caos, destrucción, desorden, pánico y el desconcierto, les voy a dar las gracias. De verdad queridos gudaris de los huevos. Muchas gracias. Así vais a conseguir lo que os propongáis...
Pero una pregunta, que creo que me estoy perdiendo algo ¿qué es lo que os proponéis?

lunes, 2 de febrero de 2009

Me esfuerzo, de verdad...

...pero es que no puedo evitarlo.

Estaba autoconvenciéndome de que la ira, la furia, el rebote, el cabreo, el cascarrabie, la furia, el enojo, la cólera, el arrebato, la saña, el pitufo gruñón...no ayudaban a que un buen ciudadano como yo (sí yo, qué pasa) siguiera el camino señalado por la dignidad y la mesura del hombre bueno y virtuoso. De aquel que esquiva las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos...

Pero los cimientos se derrumban. Todo parece venire abajo. La resistencia del manso parece que llega a un triste final cuando un día de diario, normal, de los de frío invierno en una más de las grandes ciudades dormitorio del extrarradio de Madrid, coge el coche y se topa con el retrasado mental que se para en doble fila en medio de una calle que ya tiene a otro retrasado tonto el culo justo paralelo a él y a la misma altura. La fila de coches que se monta en pocos instantes, importante.

Cuando el hombre recto y bondadoso recrimina al susodicho tontolhabas que "menuda estás liando", lejos de sentirse avergonzado por descubrir súbitamente la triste realidad, el alterado y mal educado incorrecto aparcador se revuelve para mandar lejos (a tomarporculo exáctamente) al recriminador hombre virtuoso. Claro, la virtud, la integridad, la honestidad, el yin, el yan, el puto cosmos, san pito pato, bruce lee, fu manchú...todos, han de confabularse para agarrar de los cuernos al ejemplar ciudadano que se dirige a su destino tranquilamente, con su cochecito, un frío y lluvioso día de invierno.