El Castellano de Flandes

Al fin he terminado con El Castellano de Flandes.

Se trata de un tocho de más de 600 páginas en las que se cuenta la vida de Sancho Dávila, un castellano del siglo XVI, que como otros muchos de aquella época, terminó engrosando las filas de los temibles tercios, convirtiéndose finalmente en señor de la fortaleza de Amberes.

Históricamente, impecable. Documentado insaciablemente por Enrique Martínez Ruiz detalla los hechos acaecidos en Centroeuropa y el mediterráneo occidental con todo lujo de detalles, nombres y fechas, todo ello desde los ojos del protagonista, que aparece en todos los saraos importantes de aquella época, desde la rebelión de los Comuneros en Castilla, hasta lo más crudo de las guerras de flandes, pasando por el Saco de Roma, Mühlberg o los ataques corsarios a las posiciones turcas del norte de África.

Todo, digo, muy bien documentado y redactado, pero para mí, demasiado...periodístico. Da la sensación que todo el mundo tiene el mismo carácter y habla de la misma manera. Pero bueno. Ese es sólo mi punto de vista.

Lo del nombre castellano del título, que parece tan poco original, se verá después de leer el libro que en realidad no se refiere a que el protagonista es castellano de Ávila, sino que así es como se denominaba a los que estaban a cargo de un castillo o fortaleza. A eso se refiere el autor con el título.

Y una curiosidad. No del libro, si no de la edición o del ejemplar en particular que me tocó a mí. Llevaba ya unas cuatrocientas páginas, cuando me empezó a dar la sensación de que estaba leyendo algo que ya había leído. O se parecía mucho, o directamente estaba repetido. Después de más de treinta páginas, paro y me pongo a buscar eso mismo unas páginas por delante y...boilá, ahí estaban. Nada menos que casi cuarenta páginas repetidas unas cuarenta páginas delante. "Así es de tocho", dije. Pero la putada es que esas cuartenta páginas repetidas, en realidad sustituyen a cuarenta que no están en el ejemplar que yo estaba leyendo. Vamos, que me he quedado sin saber qué pasa en esas cuarenta páginas.

Ahora, al Hiper a ver si se tiran el pingüi...

Nos salimos!!!

El deporte español está que se sale. Nos estamos acostumbrando a que los nuestros estén llevándoselo todo últimamente. Si hace un mes fue la selección de fútbol, y hace unas semanas Nadal, ayer le tocó a la selección de hockey sobre patines, que ganó el campeonato de Europa a Portugal, y hoy Carlos Sastre ha ganado el Tour de Francia. Me alegro en especial de ésto último pues aunque un español ha ganado el Tour en los tres últimos años, el caso de Sastre es un tío tranquilo que está ahí desde hace ya unos años como gregario (de lujo) y a la edad de 33 años le ha venido el éxito. Me alegro por él.

Por él y por todos los que aquí nombro y los que ahora mismo no caigo.

Y que continúe así, joer. A ver qué hacemos en la olimpiada...

Las pilas de Hidrógeno, más cerca.

Al fin una buena noticia sobre el I+D español.

La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), junto con el Consejo superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han desarrollado y patentado un catalizador que podría ser una solución definitiva para la obtención de hidrógeno a partir de etanol.

Esto que suena así, pues puede no significar nada para algunos, pero puede decirse que a partir de ello, los vehículos movidos por esta fuente de energía está más cerca. Y lo que a mí me parece importante, se ha desarrollado aquí, en España...

Mediante este dispositivo, será posible la generación de Hidrógeno dentro del propio vehículo reduciendo los costes de la transición de la energía desde combustible de origen fósil, a otra fundamentada en hidrógeno. Esto confiere grandes posibilidades para el desarrollo de pilas de hidrógeno, capaces de regenerar los reactivos de su interior. Es decir, no se gastan tan fácilmente como las actuales.

No quiero decir con esto que empecemos a tirar cohetes, pero para los que nos interesa esto de la ciencia, las energías renovables y somos de aquí, pues me parece que son...un buen principio.

Una Victoria Pírrica

"Otra victoria como esta y estaré vencido."

Esta frase describe lo que significa la expresión que da título a este post, y fue pronunciada por Pirro, rey de Épiro, la región de la antigüedad que aproximádamente coincide con la actual Albania. Eso lo dijo Pirro en 279 ac, después de que su ejército derrotara por segunda vez a las legiones romanas que él creía semibárbaras.

Épiro era por aquel entónces una de las escisiones independientes del imperio creado por Alejandro de Macedonia unos años antes y que a su muerte se repartieron sus generales. En contínua lucha entre sí, los enfrentamientos entre estos estados eran constantes, y en tales lides, Pirro alcanzó cierta fama como estratega.

Tarento, ciudad griega del sur de Italia (lo que se denomina la Magna Grecia), pidió ayuda a Pirro para que le ayudara en su lucha contra una emergente República de Roma, dominadora ya del centro de la península y a la que no era capaz de hacer frente por sí sóla. Pirro, siempre dispuesto a una buena lucha, firmó la paz con los reinos colindantes y acudió presto con un experimentado ejército de 20.000 infantes, 3.000 jinetes y 26 elefantes, para enfrentarse a los romanos.

Primero en Heraclea y después en Ásculo, el ejército de Pirro venció a las legiones romanas, pero en ambos casos, el número de bajas fue tal que al recibir las felicitaciones por la victoria, su respuesta fue la que da inicio a este texto...

Durante los años siguientes, marchó a Sicilia para luchar contra los cartagineses, volvió a Italia y en 275 ac regresó a Épiro. Había perdido dos terceras partes de su ejército.

Galicia Calidade

Este fin de semana pasado, hubo escapadita...a Galicia!!!

Un poco paliza, sí, pero ha valido la pena hacerse mil y pico kilómetros para ir a uno de los sitios más impresionantes que tenemos en esta piel de toro.

El destino en cuestión era Viladesuso, al suroeste de pontevedra, junto a Baiona y a pocos kilómetros de Portugal. Nos alojamos en el Costa Verde, un hotel de tres estrellas, muy confortable y que ya conocían nuestros "anfitriones", el Tinín y la Moni...

El mar, a veinte metros. Detrás, una montaña cubierta de verde y gris, y dentro, en el restaurante del hotel, el mejor y más abundante marisco que he comido en mi vida. De lujo. Tooooooodos los bichos que uno se pueda imaginar, desde los "pequeños" percebes, langostinos, gambas, nécoras, centollos, hasta los bichos grandes, bogavantes, bueyes de mar y langostas (en plural). Ahí que cayeron. Todo ello regado con buen albariño de la tierra y con el mejor de los tratos por parte del personal.

Impresionante.

Ya que estábamos, nos pasamos por el Castro de Santa Tecla (Santa Trega en gallego), en La Guardia, al antiguo poblado celta sobre el cerro que da nombre al castro, y desde el que se tienen unas vistas de la desembocadura del Miño, increíbles. Para verlo.

Y como no teníamos suficiente marisco y dado que, casualmente en La Guardia se celebraba la XVIII Festa da Langosta...¿habéis tomado de aperitivo alguna vez una langosta? La caña.

Lo dicho, de lujo, y a qué precios...por que eso fue lo más increíble de todo...Algo que aquí, en Madrid, para los mortales que tenemos nuestra hipoteca correspondiente, es poco menos que imposible.

Para volver.

En Julio, LAS REBAJAS!!!

La crisis, el petróleo, las hipotecas, todo se ha confabulado para que los centros comerciales en estas rebajas de julio se conviertan en algo así como un solar. Una oportunidad única...

¿seguro?

Esto es lo que había oído en la tele y yo, que soy un pobre confiado pues acudí el martes día 1 de Julio a un centro comercial de mi pueblo, a ver si por una vez encontraba uno de esos chollazos de los que, según los entendidos, se pueden encontrar los primeros días de las rebajas.

Craso error!!

Millones de personas se acantonan en los centros comerciales; atascos en los aparcamientos, gente nerviosa, niños corriendo pa'ca y pa'llá, bolsas, gritos, nervios, histeria....lo que uno imagina que es el infierno, vaya.

Después de comerme un atasco de trepelote, conseguí abandonar el infernal centro y respirar aire fresco...

Puede que sí, que estemos en crisis y el fin del mundo esté a la vuelta de la esquina, pero las rebajas, son las rebajas. Eso sí, si saben contar, que para la próxima no cuenten conmigo.