viernes, 25 de diciembre de 2009

De Luxe.

Hoy, día de Navidad, no hay nada en la tele que valga la pena. Qué cosas tengo...eso es una obviedad hablando de la tele, pero bueno, el caso es que aún así tengo la tele encendida para que haya algo de ruido de fondo. Y eso que tengo los cascos puestos escuchando a Muse mientras escribo. Hay que ver qué cosas más raras hacen algunos.

Bueno, a lo que iba. En un instante de descuido en el que han llegado a mis oídos los sonidos de la caja tonta, me he enterado del próximo capítulo de uno de esos super programas que no ve nadie pero que es líder de audiencia: "Sálvame diario. Edición De Luxe" o algo así, que yo, ni idea. En el menú de hoy, Jaime Peñafiel contra Belén Esteban. Para irse de varetas, vamos.

Bueno, que salga la Esteban o que salga el Peñafiel me la trae al pairo. Como si traen a Michael Jackson resucitado. Lo que causa verdaderas ganas de potar es la porquería que lejos de menguar no para de ensuciar el mayor medio de difusión con el que cuenta la gente que vive por estos lares y que ya de por sí apesta. Porque es así. La tele, por mucho que nos duela a algunos, es prácticamente el único medio de difusión de información con el que se desayuna la inmensa mayoría de la gente en este país y que ese enorme medio de difusión tenga la ínfima calidad de la que hace gala y que las estrellas de la misma sean especímenes de la talla de Belén Esteban, la Patiño o el tatuado Coto Matamoros es como para entonar el más triste de los requiems por esta sociedad que me ha tocado en suerte.

Todo esto no pasaría de ser algo triste y con lo que se podría medianamente convivir, si no fuera porque la estupidez se realimenta a sí misma. La estupidez se difunde con rapidez y contagia con su inmundo hedor todo lo que toca. Y si no, un vistazo a los últimos años de la televisión no harán sino mostrarnos que esto es así y que la tontería se va haciendo con todo. Los programas chupi guapi que te rilas, del estilo a Sálvame Diario, Donde estás corazón, Salsa Rosa o Tómbola, no paran de reproducirse como si del perdido-pérfido virus de los pájaros locos o de las vacas aviares se tratara. Y crecen de año en año. Y propagan su magistral sabiduría sobre los hambrientos y descerebrados cerebros a los que sacia este tipo de ciencia. Unos cerebros que no sólo están vacíos y por ello fáciles de llenar, sino que directamente carecen del volumen necesario para ello y por tanto rebosan a las primeras de cambio. Vamos, que lo que no da de sí, no da de sí y además es imposible lo contrario.

Y lo más triste, que todo puede empeorar, no es la pena que da ver que la educación, la cultura y la imaginación del populacho alcanza cotas absurdas de ridículo. Lo peor de todo es que hay gente más que de sobra, más que preparada y más que válida que intenta por todos los medios que el índice de estupidez decrezca. Pero aquí, si no vende, nada y lo que le gusta a la gente, por pena que dé, es "Sálvame Diario"...ojo!!, edición Deluxe.
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