miércoles, 25 de agosto de 2010

Un nudo gordiano

Un impedimento, un problema de imposible o difícil solución, en especial cuando se requiere creatividad para su resolución...
Esto es lo que se encontró Alejandro III de Macedonia (El Magno) a finales de 334 a.c. tras cruzar el Helesponto y ocupar Frigia. Allí Gordias, campesino de Gordion (Anatolia), ataba sus bueyes al yugo con un nudo tan complicado, que los oráculos promulgaron que aquel capaz de desatar las cuerdas que lo componían, se convertiría en el próximo amo de Persia (o que quien no lo desatara estaba condenado al fracaso en su intento de conquista, según otras versiones)

Cuenta la leyenda que el gran Alejandro, en medio de la concurrencia, centro de atención de lo más granado de la sociedad Frigia y Macedonia, probó diferentes tentativas para destrabar el ingenioso nudo, pero sin éxito en todas ellas. Por tanto, Alejandro, rey de Macedonia, conquistador de Anatolia y elegido de los dioses, consciente de que su grandiosidad no podía quedar puesta en duda frente a aquel montón de cuerdas sin importancia, desenvainó su kopis y cortó de un tajo el endiablado nudo que se interponía entre él y oriente. Muchos aclamaron al rey, pero a otros pocos les asaltó la duda: ¿había hecho trampa el rey?....dudas y preguntas desaparecieron aquella misma noche cuando el gran Zeus amasador de nubes dió su visto bueno, manifestando su opinión con una indiscutible tormenta...
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