domingo, 26 de octubre de 2008

DeMoDa

Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda...
Así dijo en su momento Lafontaine, supongo que después de pasar una tarde en Chueca o cualquier otro sitio "de moda" en el que necesariamente uno ha de sobreactuar para creerse que es guai, y que todos los que tienes alrededor están fijándose en la camiseta última moda que te has puesto o en esas Converse amarillas recién compradas en NY.
Y los gays...a mi que la gente prefiera la carne o el pescado me la trae al pairo, allá cada uno con sus gustos (digo bien, gustos), pero que en cada momento te estén recordando sus orientaciones sexuales, pues me parece un poco cargante. Que sí, que somos un país la hostia de liberal y aquí cada uno puede decir lo que quiera, pero ya vale joder, no creo que haga falta ser tan cansino. Pero claro, es que hay cosas que están de moda, y contra eso, lo que dice Lafontaine.
Pero para sobreactuación de las guapas, la de los retrasados mentales que ponen la música del móvil a toda hostia para que todos nos demos cuenta de lo guais que son y que les mola el requetón o gilipollez similar...¿es que es posible ser tan bobo?
Joder, en mi época estaban los del loro al hombro que tontos del culo eran un rato con el Judas Priest y los Iron Maiden hasta en la sopa, pero joer, esos iban por la calle y ya de lejos se sabía que hacían el ridículo por todos. Lo del cassete era un extra y no molestaban demasiado.
Ahora, te subes al bus y tienes que soportar detrás de tí a un niñato con el pelo de punta, menos pecho que un niño de diez años, un piercing en los morros y con el último gran éxito de los cuarenta principales a toda caña detrás de la oreja. De tu oreja.
De verdad, uno tiene que rebuscar en lo más recóndito de las templanzas propias para no levantarte y cruzarle la cara de payaso que tiene...
Y yo digo, ¿soy raro? ¿me vuelvo viejuno prematuramente? ¿soy un antiguo que piensa todavía que la movida madrileña empezó y terminó en El Penta? Y lo que es más preocupante, ¿está mal desear a estos soplapollas una hostia en la cara con la mano abierta? Por más que busco en lo más profundo de mis meninges no encuentro otra solución posible. Nada entiendo.
Vamos, que mola pasarse por esta zona de ambiente de Madrid, tomarte algo en sus bares de lo más IN o comer algo en los restaurantes a la última que por aquí abundan, pero de verdad, uno tiene que abstraerse de determinadas soplapolleces y no darle demasiado al coco, porque joer...
Bueno, eso lo digo yo, que soy un viejuno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De acuerdo estando. La viejunez nos acerca a la cascarraviez y de ahí a desear el mal a los niñatos que se esfuerzan por molestar al vecino. La diferencia entre ellos y nosotros a su edad, es que nosotros teniamos algun respeto o llamale miedo si quieres, pero funcionaba...