jueves, 27 de diciembre de 2007

Argentina!! (Mendoza)

Tierra del vino argentino por excelencia, obviamente, un vinero como yo no podía dejar de lado semejante destino...así que, allá que fuimos.
Mendoza no es muy común en las agencias de viajes, y el caso es que no entiendo por qué. Lo que por aquellos lares uno puede encontrar puede competir con cualquier otro sitio típico de Argentina.
Además del vino, que ya está bien, Mendoza se encuentra en los mismos pies de los Andes lo cual nos da a entender que estamos ante una capital del montañismo y los deportes de aventura. Es curioso además, que estando situada en una zona semidesértica, lo primero que llama la atención cuando uno se acerca con el avión, es que tooooodas las calles están repletas de árboles. El origen de esto son las mismas montañas, que al quedar cubiertas de nieve durante el invierno, descargan enormes cantidades de agua en la primavera. Este agua es encauzada por los miles de canales que recorren la ciudad, regándola durante el resto del año. Lo de los canales es curioso, porque están ahí (algo cambiados supongo) desde que los construyeron los incas.
En Mendoza, la mayoría de los edificios son bajitos en general (excepto alguna cagada). La "culpa" de ello lo tienen los terremotos...Para que no ocurran desastres pasados, las construcciones de este tipo y las amplias plazas, abundan por allí.
¿Y por qué sé yo todo esto? No, no me lo he empollado, sino que me lo contó el Padre Chuco. Chuco es el tío de mi "cuñao" Javi, y además es misionero jesuita, montañero, andinista y aventurero del siglo XX.
El Padre Chuco es un tío grande. Desde que llegamos allí, el hombre se desvivió con nosotros como si nos conociera de toda la vida. Desde que es un chaval, y ya tiene casi setenta tacos, ha viajado por medio mundo con lo que la cultura que ha adquirido así es impresionante. Cenamos con él todos los días y la verdad es que fué un auténtico lujo, además de que nos llevaba a sitios diferentes, no a los típicos de turis...
Yo no soy muy religioso, la verdad, pero a gente así es a la que no dejaría de seguir nunca.
¿Catas? Pues claro, por quién me tomáis??
Nada más llegar reservamos en un sitio de catas dabuti. The Vines of Mendoza se llama. Es principalmente para turistas, pero la verdad es que la gente allí fué de lo más majo y los vinitos ofrecidos, muuuu ricos.
Hicimos además varias visitas a bodegas y tal, pero como las de siempre: como si fueras un borrego y los guías, robots.
Y por último, el Aconcagua. Siete mil metros ni más ni menos. Ahí es nada. Hicimos una excursión al parque provincial Aconcagua en la que llegamos a subir hasta los tres mil quinientos metros. Bien, pues a lo lejos se veía una pedazo de mole blanca gigante como la que véis en la foto. Increíble.
Y no me olvido de El puente del Incaaaaaa....otra maravilla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

In Vino Veritas (el vino de la verdad es amigo),¿alguien lo duda?.
¡¡Viva la Mencía!!