Salta es una ciudad con muchos vestigios coloniales y casas bajas. Muy linda, como se dice por allí. Aunque para lindos, los alrededores. Si bien no es la zona más alta, forma parte del altiplano andino, con lo que todo es... grande: quebradas, montañas de colores, cóndores, vino, llamas, alpacas...para entendernos, y salvando las distancias, se trata de una zona parecida al Cañón del Colorado.
La Quebrada de Humahuaca es patrimonio de la humanidad, aparte de por lo lindo, porque conserva mogollón de restos incas y coloniales. El Cerro de los Siete Colores y La Paleta del Pintor, son la caña.
Aquí se hace vino con la uva Torrontés, de origen riojano, pero que aquí se extinguió por la filoxera. Ahora sólo se produce allí y en Chile. Mu rico.
Qué más...
Como he dicho, por allí no suele haber mucho turismo español, sino que lo que más se ve son argentinos. En la excursión por los valles calchaquíes, nos juntamos con unos cuantos pibes muy majetes. No invitaron a "botellón" de mate y tó. Alguna hoja de coca también cayó, pero como digo, en los dos o tres días que me duraron las hojas, no es que se notaran demasiadas de sus supuestas propiedades (se supone que es digestivo, quita el sueño, el hambre, el cansancio...)
En general, Salta es un destino muy recomendable para el que quiera ver algo distinto de Argentina. Creo que fue un acierto por parte de la agencia que nos organizó el viaje, que nos recomendara pasar unos días por allí.
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