Este fin de semana fue San Patricio...así que hubo que hacer una escapadita a Dublín.Es la tercera vez que voy a Irlanda, pero la primera en la que además, coincido con la fiesta por antonomasia de los Irish.
Me gusta mucho el país, sus tradiciones, sus paisajes y la cerveza negra, pero he de reconocer que esta vez, mi opinión sobre los irlandeses ha bajado enteros: más borrachos, más guarros, más maleducados que nunca...una auténtica parada de los monstruos. Y de las irlandesas, qué decir. Lo mismo, pero con doscientos kilos más, minifalda por el ombligo y tetas al aire, llueva, nieve o truene. En fin.
Aún así, los tres días que pasamos allí, muy bien. Mucha Guinness, relativo buen tiempo (sólo llovió un día....entero), mucho pub guapo y no del todo mala comida (esto sí que es una novedad). Algo de música en vivo y hotel céntrico aunque un poco cutre.
Volvería y volveré por allí, pero recomiendo a quien quiera ver lo bueno de Irlanda, sus tradiciones, su música, sus bed & breakfast y su gente, es mejor que vaya en otra época del año. Una en la que no haya ninguna fiesta gorda que muestre sólo lo malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario